Borne of the Flowing Water
A conversation between Marie-Eve Levasseur and Mara-Johanna Kölmel
Tooxic Dreams by Tatyana Zambrano, a three- chapter video game environment, was realized during Zambrano’s residency at Akademie Schloss Solitude and references the German automobile industry with its high degree of specialization and automation, the reggeaton culture from Latin america, the petrochemical macho car tuning culture, as well as entanglements with tax fraud and money laundering hyper-eccentricity aesthetics. Positioned within a powerful visual framework and underlined by contemporary bass music, Tooxic Dreams invites to reflect on the nature of our participation in society and questions whether we really have the control we think we have, or whether we are simply spectators in a larger game that we cannot influence. Zambrano has been a fellow in the »Sphere of Digital« at Akademie Schloss Solitude from April till the end of October, 2023.
Alonso Cedillo on the work of Tatyana Zambrano — Okt 30, 2023
The reggaeton industry has been a key factor in transforming many Colombian localities. One of the specific phenomena related to it is the arrival of luxury cars in cities like Medellín and Cali, where these types of vehicles were previously absent. In its lyrics, this Latin musical genre constantly reveals and addresses excess. Reggaeton takes much of its style and culture from genres such as hip-hop and gangsta rap. And just like rap and hip-hop performers who literally require gold and diamonds to legitimize themselves, today a reggaeton artist without big logos on his clothes or luxury cars is not a true reggaetonero.
The cultural impact of this genre in Colombia is undeniable, and its influence extends far beyond music. It has changed the way people dress, dance, and even speak. The fantasy of the successful reggaetonero is to be something like an ATM machine that spills money wherever it goes, seemingly without a care in the world. Living in an economy in which it is increasingly difficult to make money, Tooxic Dreams is a critique of the context of concerns about money laundering and the circulation of money in the reggaeton industry. It also questions the perpetual gadgetization of life, image, and status, that has become a central value in this culture, perhaps even more than the actual function or purpose of the object.
During her residence at Akademie Schloss Solitude, Tatyana Zambrano has created a video game that revolves around a car wash for luxury vehicles, which addresses one of Colombia’s socio-economic issues in a symbolic way. The objective of Zambrano’s game is to launder as much money as possible in order to appear in her money-laundering ranking system. The player acquires dirty money (capital) represented by dollar signs on each of the game’s stages. When more than ten units have been collected, an algorithmic laundering process begins. Subsequently clean money can be collected in the form of bubbles as more capital is acquired.
Tooxic Dreams draws a direct analogy to the reggaeton industry, where drug money is commonly laundered through concerts and productions, as well as by financing managers and artists. Once the illicit resources enter the legal circuit and pay taxes, all the profits they produce become legitimate. They can thus be used to establish businesses, diversifying and increasing profits. In the game, one becomes a participant in such a scheme. Beyond SUVs and hyper-cars, the different scenarios contain symbols for each element, integrating into this economic system that transforms illicit money into legitimate money, working as a giant laundromat that feeds on hyper-eccentricity.
As the game progresses, it elaborates on its own form, or code for money laundering in the reggaeton industry. As money laundering seeks to be as unpredictable as possible, this is not a rational formula. On the contrary, its forms are arbitrary. Its tactics are complex, multifaceted, and often unpredictable, designed to evade detection and confuse. By introducing an algorithmic logic to the game’s washing process, Zambrano creates a system that responds to player behavior.
The choice of symbols, such as the dollar and bubbles, is deliberate. The dollar, widely recognized as a symbol of wealth and power, represents the initial capital that needs to be »cleaned.« Bubbles, on the other hand, symbolize the ephemeral and volatile nature of laundered money, as well as the transformation of »dirty« money into »clean« capital. Just as money transforms, so do cars. Tuning allows them to acquire an essence that reflects the situation. Thus the car wash becomes a space that allows the elite to erase their tracks, modify their appearance, and earn money.
These changes in the appearance of the vehicles are proof that there is a link between Latin America and Germanythat tries to remain hidden, and that thanks to Tooxic Dreams becomes impossible to ignore: the corrupt European elite takes advantage of the Latin American elite to increase its profits in an economy in which industrial manufacturing is becoming increasingly expensive. The development of Tooxic Dreams thus takes place in the city of Stuttgart, capital of the automobile industry.
Zambrano’s work invites reflection on the nature of our participation in society and questions whether we really have the control we think we have, or whether we are simply spectators in a larger game that we cannot influence.
Credits
Research, concept, and video game design: Tatyana Zambrano
Developer: José Alejandro Coronado
3D animator: Hernán Rodriguez
DJ: @Samuelath
This work was supported by Akademie Schloss Solitude. Courtesy the artist, 2023.
Spanish Version
La industria del reggaetón ha sido un factor clave en la transformación de muchas localidades colombianas. Uno de los fenómenos específicos relacionados a ella es la llegada de autos de lujo a ciudades como Medellín y Cali, en donde previamente no se veían este tipo de vehículos. En sus letras, este género latino constantemente exhibe y habla de excesos. El reggaetón toma una buena parte de su estilo y cultura de géneros como el hip-hop y el Gangsta Rap. Y al igual que ellos, quienes literalmente requieren de oro y diamantes para legitimarse, el día de hoy, un artista del reggaetón sin grandes logos en su ropa ni autos de lujo, no es un verdadero reggaetonero.
El impacto cultural de dicho género en Colombia es innegable, y su influencia se extiende mucho más allá de la música. Ha cambiado la forma en que las personas se visten, bailan e incluso hablan. La fantasía del reggaetonero exitoso es ser algo así como un cajero automático que derrama dinero por donde pasa, aparentemente sin preocupación alguna. Viviendo en una economía en la que cada vez es más complejo hacer dinero, de esta manera Tooxic Dreams es una crítica al contexto de las preocupaciones sobre el blanqueo de capitales y la procedencia del dinero en la industria del Reguetón, un cuestionamiento a la perpetua gadgetizacion de la vida, de la imagen y al estatus que se han convertido en un valor central en esta cultura, tal vez incluso más que la función real o el propósito del objeto.
En la residencia en Akademie Schloss Solitude Tatyana Zambrano ha creado un videojuego que se desarrolla alrededor de un auto lavado para carros de lujo para abordar una de las problemáticas socioeconómicas en Colombia de manera simbólica. El objetivo del juego de Zambrano es lograr lavar la mayor cantidad de dinero posible para así figurar en su ranking de blanqueo de capitales. El jugador adquiere dinero sucio (capital) representados por el símbolo del dólar en los escenarios. Cuando se han recolectado más de 10 unidades, estas comienzan un proceso de blanqueo algorítmico. Posteriormente el dinero limpio puede recogerse en forma de burbujas al tiempo que se consigue más capital.
Toxic Dreams establece una analogía directa con la industria del Reggaetón, en la que comúnmente el dinero que viene del narcotráfico se lava mediante conciertos y producciones, así como con el financiamiento a managers y artistas. Una vez que los recursos de procedencia ilícita entran al circuito legal y pagan impuestos, todas las ganancias que producen se vuelven legítimas. Así, pueden ser utilizadas para establecer negocios, diversificando y aumentando las ganancias. En el juego uno se vuelve partícipe de dicho esquema. Más allá de las SUVs y los hyper-autos, los distintos escenarios contienen simbolismo para cada elemento que integra este sistema económico que transforma dinero ilícito en legítimo y que funciona como un gran lavadero que se nutre de la hipercentricidad.
Conforme se avanza, el juego elabora su propia forma o código para realizar lavado de dinero en la industria del Reggaetón. Esta no es una fórmula racional, pues el blanqueo de capitales busca ser lo menos predecible posible. Por el contrario, sus formas son arbitrarias. Sus tácticas son complejas, multifacéticas y a menudo impredecibles, diseñadas para eludir la detección y confundir. Al introducir una lógica algorítmica para el proceso de lavado en el juego, Zambrano crea un sistema que responde al comportamiento del jugador.
La elección de los símbolos, como el dólar y las burbujas, es deliberada. El dólar, ampliamente reconocido como símbolo de riqueza y poder, representa al capital inicial que necesita ser „limpiado“. Las burbujas, por otro lado, la naturaleza efímera y volátil del dinero blanqueado, así como la transformación del dinero „sucio“ en capital „limpio“. Al igual que el dinero se transforma los autos también lo hacen. El tuning les permite adquirir una esencia que refleja la situación. Así el autolavado se vuelve un espacio que le permite a la élite borrar sus huellas, modificar su apariencia y ganar dinero.
Estos cambios en la apariencia de los vehículos son la prueba fehaciente de que entre latinoamérica y Alemania existe un vínculo que intenta mantenerse oculto, y que gracias a Toxic Dreams se vuelve imposible de ignorar: la élite corrupta europea aprovecha a la latinoamericana para crecer sus ganancias en una economía en la que hacer industria es cada vez es más costoso. Por esto mismo, el desarrollo de Toxic Dreams tiene lugar en la ciudad de Stuttgart, capital de la industria automotriz.
La obra de Zambrano, por lo tanto, invita a la reflexión sobre la naturaleza de nuestra participación en la sociedad y cuestiona si realmente tenemos el control que creemos tener, o si simplemente somos espectadores en un juego más grande en el que no podemos influir.
All images courtesy Tatyana Zambrano
© 2024 Akademie Schloss Solitude and the author
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